Si quieres aprender a bailar porque te gusta, has ido a alguna discoteca y te gustaría interactuar con la gente pero aún no sabes bailar o no te atreves a hacerlo por vergüenza, la mejor opción es que te apuntes a clases de salsa lo antes posible.

¿No tienes pareja? ¿Te da vergüenza de ir solo a clases en una escuela de baile y tener que bailar con personas a las que, a priori, no conoces de nada?

No te preocupes, es una cuestión mental y puedes superarla fácilmente.

Lo primero que debes considerar es…

Lo primero que debes considerar es que aprender los pasos básicos de cualquier baile no te supondrá demasiado esfuerzo. Solo con las figuras o movimientos básicos, ya podrás divertirte saliendo con tus amigos o amigas, conocer personas nuevas, etc.

Con los pasos más elementales, tus amigos y la gente de tu entorno dejarán de molestarte por el hecho de no querer bailar.

Tras el aprendizaje de estos movimientos básicos, un poco de perfección en casa y la ropa adecuada para el baile, el local o la ocasión a la que vas a asistir, ingresarás de forma muy sencilla en la pista de baile.

No se trata de dar una exhibición, sino de que te sientas cómodo en la pista. También te damos algunos truquillos por si bailas además Kizomba.

No vas con tu pareja o no tienes con quien ir, ¿y qué?

Es un error que pienses que serás el centro de atención, incluso de ridículo o de una especie de “compasión” del resto de parejas hacia ti.

En primer lugar, siempre hay personas que van solas, porque no tienen pareja, porque ese día su pareja no ha podido, etc.

Además, en las academias suelen hacerse rotaciones, de forma que todo el mundo baila con todo el mundo. Con lo cual, es igual que tengas o no tengas pareja.

De hecho es lo más habitual que para hacer clases de salsa la academia de baile te permita apuntarte solo o sola.

Algunas pautas para vencer la vergüenza

Si has hecho diferentes intentos para bailar o para aprender a bailar, pero al final siempre acabas frenando el intento, tienes que seguir, aunque es normal que la frustración sea mayor cada vez.

Entre los trucos y herramientas mentales que tienes que adoptar está en plantearte un objetivo pequeño en cada sesión o en cada clase de baile.

No puedes pretender estar al nivel de otras personas a las que ves. Tampoco es necesario. Sigue tu propio ritmo e imponte una meta pequeña. El primer día de clase bastará con que observes, y te veas en medio de la clase.

Intenta simular algún movimiento, el más sencillo. Y no hay más, con eso puede bastar ese día.

Otra buena idea es buscar grupos reducidos, con un nivel bajo y que te generen confianza, e incluso una ayuda individualizada.

Entre las pautas que tienes que seguir al principio está el centrarte solo en los pies. No debes cometer el error de mover demasiado de la cintura para arriba para “integrarte” en el grupo. Sigue el movimiento de piernas y pies, y guíate por la música.

Aquí puedes ver qué le pasa a tu mente cuando bailas.

Cuál es el origen de la vergüenza para bailar en público

Los problemas de autoestima, la timidez, la falta de sociabilidad, suelen estar detrás de un “pánico escénico” para entrar en la pista de baile.

Seguramente por culpa de la vergüenza has perdido grandes momentos en tu vida, como puede ser bailar con amigos, divertirte en la mejor fiesta, etc.

Lo importante, al final, es que sepas romper esos muros que te encierran. Pero poco a poco.

Lo mejor de todo es que cuando haces un pequeño acto de valentía una vez te das cuenta que esos frenos mentales desaparecen y tu zona de confort aumenta.

Tan solo un paso hacia adelante...

Como estás viendo, no es preciso que bailes como un profesional, ni como tu profesor de baile, ni como los alumnos más aventajados.

Lo único que debes hacer es dar el primer paso, mover tu cuerpo al ritmo de la música, sin pensar en nada más. Intenta olvidar que hay personas a tu alrededor.

Crees que todo el mundo te va a mirar, ¿verdad?

Porque has ido solo y sin pareja, y por eso todos te observarán. Pero te equivocas. La gente va a bailar, para progresar en sus pasos, aprender nuevas figuras, conocer gente, hacer ejercicio y divertirse.

Nadie estará pendiente de ti, salvo el profesor de baile, si es una academia de baile.

Aprende a vencer tu timidez y baila, sin más, sin mucho más que pensar. Deja que la música te lleve, mueve los pies, siente el ritmo, y olvídate de donde estás, de la gente que te rodea.

¡Felicidades! Ya estás a un paso menos de empezar a bailar como un profesional

Haz lo contrario que lo que tu miedo te diga...funciona

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